20061121

Construcción de Posibilidades Terapéuticas

Por diferentes motivos (diferencia de prioridades, contingencia de actividades, confluencia de deberes, etcétera) , mis actividades diarias se han intensificado y mi tiempo libre disponible para la divagación y la reflexión han disminuido a cero: serios problemas en la administración del tiempo, que espero terminen.


Sin embargo tengo este texto en el que comento un artículo de Gianfranco Cecchin, uno de los exponentes del modelo de Milán... precursor de la formación y de los cambios dentro de ese modelo de terapia familiar. Si bien, este documento fue escrito hace un tiempo, es contingente debido al curso de verano que se hará en la Universidad de Chile sobre este tema.

El artículo completo en PDF lo pueden conseguir enviándome un mail o por msn o algo así... ya que aún no me alcanza la tecnología como para tener un servidor o algo así que albergue mis archivos...

Bueno, como les iba diciendo; en este capitulo, el autor aborda el cambio epistemológico por el que ha pasado junto a su equipo de trabajo. Distingue una episteme base que llama “cibernética”, que es donde el sistema existe como una entidad determinada, abordable directamente, modificable y con propiedades dadas. Así mismo distingue el otro extremo epistémico que se diferenciaría por la característica de la producción social de relatos que permitirían el surgimiento de las relaciones humanas.

Así, articula 3 grandes cambios de perspectiva, que implicaría la modificación a nivel conceptual primordialmente de ciertos aspectos como la idea de “energía” a la de “información”, de las “entidades” estructurales a la “construcción social” y finalmente de tener a la “familia” como centro, propone centrarse en el “terapeuta”.

El primer abordaje de transición epistémica habría implicado, para Cecchin, el paso del concepto de “energía” al concepto de “información”. Sin embargo esta transición los llevaría a un ‘atolladero’, un estancamiento; debido a que la información se puede entender como un particular acoplamiento estructural en un determinado contexto de la matriz operacional entre 2 o más estructuras, centrarse en la información desde ese punto de vista puede no ser tan adecuado, ya que se estaría viendo el lenguaje desde una metáfora de ‘meaning-in-itself’, lo que se sostendría sólo si se considera que las palabras que conformarían los “mensajes” que menciona Cecchin, son producciones consensuadas socialmente, con un significado ‘descontextualizado’. La importancia del “mensaje” no se sostiene si se considera el lenguaje en uso: palabras utilizadas por sujetos particulares en contextos particulares.

La segunda aproximación al cambio epistemológico se refiere al paso de conceptualizar “entidades” a pensar en “construcciones sociales”, aquí se hace evidente a través de los postulados de Gregory Bateson la cualidad construida y particular del lenguaje, así se cambia la metáfora de ‘meaning-in-itself’ por la cual se comprendía el lenguaje por una de ‘meaning-for-somebody’, el lenguaje en uso por ciertos individuos en ciertos contextos operacionales. Ellos desarticularon con esto la metáfora del juego y de la competencia, así se deja de percibir a los sistemas humanos como sistemas competentes y se abre una posibilidad de conceptualizarlos como sistemas más ‘naturales’, sistemas basados en la confianza y en la colaboración que ésta implica. De esta forma, había que incurrir en un tercer movimiento para hacer el giro epistemológico, centrarse en el terapeuta más que en las familias.

Lo primero que se debe asumir cuando es el terapeuta quien se hace cargo de las observaciones hechas, es el marco que sustenta tales ideas. Cecchin cuestiona la conceptualización clásica que se maneja con respecto a las hipótesis, proponiendo una visión más abierta de ésta: la hipótesis como una invitación a la creación de un nuevo sistema. Al cuestionar la postura de ‘descubridor de verdades hipotéticas’ del terapeuta, se pone en cuestionamiento a su vez, la postura ‘neutral’ que denomina Cecchin, postulando una posición de curiosidad, derivada de la relatividad de las explicaciones que pueden ser concebidas por el o los terapeutas.
En suma, Cecchin en su retrospectiva epistemológica, nos presenta más que un ‘modelo de terapia’, un ‘modelo de terapeuta’. Donde un dejo de relativismo sustentado por la característica no neutral del observador lo aleja de las hipótesis, de los modelos del deber-ser y de las ‘verdades’ preconcebidas. Y es más, el autor se aventura a postular al terapeuta construccionista social como un “irreverente”, con una postura “irónica” frente a las observaciones que se puedan o no hacer.