
Durante los últimos años, un terapeuta Australiano, Michael White (1984,1986,1987,1988), ha desarrollado una innovadora técnica psicoterapeútica, de "externalización del problema". Esta técnica es bastante sencilla en el sentido de que básicamente propone una separación lingüística que distingue el problema de la identidad personal del cliente. De esta manera, mediante el lenguaje se abre un 'espacio conceptual' que permite a los participantes del diálogo, tomar iniciativas más efectivas que las que han realizado hasta el momento para poder ejercer un control sobre la influencia relativa del problema en su vida y sus relaciones y la vida y relaciones de los otros. Lo realmente complicado es seleccionar adecuadamente los delicados medios lingüísticos por los cuales se logrará el objetivo.
Para entender esta técnica, es necesario mencionar (y leer) a Gregory Bateson (1972,1979) , antropólogo y filósofo que aplicó la cibernética a las ciencias sociales y propuso una nueva visión de 'la mente'. Y particularmente, creo que uno de los aportes más importantes de Bateson es traer adelante la importancia de la Epistemología en el proceso de "cómo sabemos lo que sabemos", la importancia de las "diferencias básicas que hacen una diferencia" en los sistemas vivos y de las "pautas ecológicas que se interconectan en tales sistemas".
Además también es pertinente mencionar a Michael Foucault (1965,1973), historiador y filósofo francés que desarrolló un análisis de la aparición de la medicina moderna en la cultura occidental. Foucault distingue como los sistemas de conocimiento basados en las prácticas del saber (como la medicina, la psiquiatría, la docencia, algunas ramas de la psicología, etc) pueden llegar a ser extremadamente opresivos al transformar a las personas en 'sujetos deshumanizados' mediante clasificaciones científicas a las que se llega a través de 'la mirada'.
Sin duda alguna para entender y comprender el trabajo de White y la postura filosófica del Construccionismo Social (K. Gergen) en General, hay que remontarse al trabajo del biólogo, neurofilósofo y compatriota Humberto Maturana Romesín, que a partir de su teoría de la Autopoiesis, genera una nueva teoría general de la cognición, esta es una explicación de cómo surge 'la mente' a través de la interacción humana y del empleo de coordinaciones de coordinaciones conductuales consensuadas. Se puede reflexionar que "la mente no está en el cerebro", sino que surge en la interacción lingüística que se establece entre los actores humanos. Por consiguiente, la conciencia es fundamentalemente algo social y no algo bioquímico, fisiológico o neurológico particular o exclusivamente.